el Banner

Elden Ring

Argumento

La Orden Dorada está rota.

Álzate, Sinluz, y que la gracia te guíe para abrazar el poder del Círculo de Elden y encumbrarte como señor del Círculo en las Tierras Intermedias.

En las Tierras Intermedias gobernadas por la Reina Márika, la Eterna, el Círculo de Elden, origen del Árbol Áureo, ha sido destruido.

Los descendientes de Márika, todos semidioses, reclamaron los fragmentos del Círculo de Elden conocidos como Grandes Runas. Fue entonces cuando la demencial corrupción de su renovada fuerza provocó una guerra: la Devastación.

Una guerra que supuso el abandono de la Voluntad Mayor. Y ahora, la gracia que nos guía recaerá sobre el Sinluz desdeñado por la gracia del oro y exiliado de las Tierras Intermedias. Tú que has muerto, pero vives, con tu gracia tiempo ha perdida, recorre la senda hacia las Tierras Intermedias más allá del neblinoso mar para postrarte ante el Círculo de Elden.

Y conviértete en el señor del Círculo.

Características principales

Los Sinluz de las Tierras Intermedias

La Orden Dorada está rota. A lo largo y ancho de las Tierras Intermedias, semidioses poseedores de fragmentos del Círculo de Elden se enfrentan y combaten entre las ruinas de un reino otrora perfecto, hoy abandonado por las enseñanzas doradas de la Voluntad Mayor.

Mientras los ecos de la contienda retumban a lo lejos, una figura proscrita se acerca. Antaño, sus antepasados llamaron a las Tierras Intermedias su hogar, pero la bendita luz de la gracia se perdió para su pueblo y fueron expulsados del reino. Son los Sinluz, y han vuelto para reclamar el título de Elden prometido por la leyenda.

Este es el mundo de ELDEN RING. Conviértete en Sinluz y explora las Tierras Intermedias. Cabalgarás por vastas praderas, galoparás por suaves colinas y ascenderás hasta la cima de rocosos peñascos a lomos de tu efímero corcel para descubrir un mundo rebosante de vida y peligros.

En los vastos campos donde comienza tu periplo, criaturas míticas merodean en los páramos, horrores inimaginables acechan en las ciénagas y marismas y todo tipo de soldados y guerreros itinerantes esperan dar caza a los desprevenidos. Tímidas criaturas mordisquean la dulce hierba o se escabullen entre la maleza.

Los pocos habitantes que no han enloquecido o se han vuelto hostiles tratan de sobrevivir cerca de las ciudades en ruinas destruidas por la Devastación. Si los ayudas, puede que te ofrezcan las respuestas que buscas. Por encima de todos ellos, asentados en tierras usurpadas en las que trampas, secretos y guardianes abundan, los semidioses —señores corrompidos, otrora miembros de una noble familia real— regentan sus dominios con el implacable poder otorgado por los fragmentos del Círculo de Elden.

Las enseñanzas de las gracias perdidas —si las encuentras— te darán pistas para recuperar estos territorios de sus garras mediante la espada y hechizos, aunque no es necesario que sigas su camino.

Tú eliges: ¿ansías el poder o buscas la iluminación? Toma tus propias decisiones y moldea a tu personaje en consecuencia.

Elige las habilidades que se adapten mejor a tu estilo. Pon en práctica tus dotes de sigilo para evitar los peligros o pillar desprevenidos a los enemigos. Aprovecha el entorno, las condiciones climáticas y la hora del día para obtener ventaja. Aprende el arte del combate, en el que deberás leer las intenciones de tu enemigo y un movimiento elusivo bien calculado podrá suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Monta a lomos de tu corcel en combates contra mercenarios y derríbalos de sus monturas. Domina los hechizos arcanos de los maestros que lograron sobrevivir entre las ruinas de la guerra. Invoca a espíritus familiares para girar las tornas a tu favor o pide a tus compañeros Sinluz que luchen a tu lado y te ayuden en tu aventura. O si lo prefieres, adéntrate en la compleja y sangrienta historia de la Devastación y descubre los secretos olvidados de los semidioses y su estirpe. Todos estos caminos y muchos más son posibles.

En última instancia, tu viaje quedará definido por tus propios anhelos. Cuanto más ambiciosos sean tus objetivos, más grande será el desafío. Si decides reclamar las Tierras Intermedias como tuyas, deberás luchar, por supuesto.

Y por supuesto, podrías morir.

Pero regresarás para luchar de nuevo.

Porque ¿de qué otra forma iba a nacer un campeón o un señor?